sábado, 10 de enero de 2009

Andariego de mundos impensados

-I-

(De "Pinceladas")

Andariego de mundos impensados
sobre esta Piel de Toro que me embarga,
caminante de luces y de sombras,
una tarde apacible de septiembre
eché el ancla en el puerto en que hoy habito...
Era la luz vivísima un suspiro
y vibraba en el alma sosegada
mi primavera en flor...

«Ciudad de mis amores y pesares»...,
«Santander de mis sueños»:
«pronto me hice a la mar de tus callejas,
de tus plazas, jardines y paseos».

El hada de mi infancia,
la que veló feliz mi adolescencia
y mis primeros años juveniles,
me regaló esta perla como dote
cuando me emancipé de entre sus brazos...

Esmeralda y azul, carmín y plata,
oro y rubí molidos,
son tus lindos colores misturados
con la brisa más límpida que emana
de tus costas rocosas adorables.

Habrá rincones bellos
sobre la faz del mundo...;
arruyarán los vientos piedras nobles
en otras latitudes...;
encenderán los fuegos de otros soles
la maravilla artística y sublime
de otros mundos exóticos lejanos...;
mas..., «como tú... no hay dos»...

Ciudad de inviernos suaves y lluviosos,
de locas primaveras florecidas,
de veranos alegres como rosas,
de otoños de oro y luz como manzanas...,
«cuántas horas me quedan todavía
para poder cantar tus excelencias»...,
«cuántos versos de manos de mi musa
pintarán tus espléndidos paisajes,
antes de que me vaya por el viento»,
«cuántos amaneceres a tu sombra,
viendo pasar la vida enamorado»...

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